Fomentar conductas ciudadanas que garanticen la seguridad vial a través de la educación y la participación ciudadana.

• CEMEX
• MOVAC

1/9/2019

31/12/2020

Maestros y alumnos de 5 escuelas públicas de educación básica

1. Auditoría vial, son evaluaciones de seguridad vial del entorno escolar y diagnósticos de hábitos y conocimientos de seguridad vial de la comunidad escolar.

2. Embajadores viales, son talleres de seguridad vial para escolares diseñados de acuerdo a la edad del participante.

3. Superfamilias, son talleres participativos para involucrar a madres y padres a mejorar la seguridad vial de su familia.

4. Relatos viales, son proyectos que permiten incorporar los temas de seguridad vial a las asignaturas existentes.

5. Cebras por la Vida, son actividades de urbanismo táctico que consisten en pintar cruces peatonales u orejas para proteger a los escolares en sus traslados.

5 escuelas primarias y secundarias participantes:

• 510 estudiantes de primaria y 925 estudiantes de secundaria que recibieron educación vial.

• 43 madres y padres de familia participaron.

• 10 directivos y docentes involucrados.

• 4 intervenciones de urbanismo táctico y 1 mural formativo de seguridad vial dentro de una institución educativa.

• 5 auditorias viales realizadas.

• 13 proyectos de vinculación curricular elaborados por el personal docente y estudiantado.

El trabajo desarrollado lleva a conjeturar sobre tres causas principales para la inseguridad vial: desconocimiento del fenómeno, infraestructura insegura y atribución equivocada de la responsabilidad de la seguridad vial.

• Desconocimiento del fenómeno: más del 50% de la población adulta asegura que no ha presenciado situaciones de inseguridad vial en las zonas escolares. Sin embargo, al responder a riesgos concretos sí los mencionan: vehículos que circulan a alta velocidad, pocos cruces peatonales, los conductores no ceden el paso, banquetas estrechas, etc. Identifican peligros concretos, pero no al concepto que los engloban, la seguridad vial.

• Desconocimiento del fenómeno: la mayoría del personal docente, estudiantado y familiares adscriben la seguridad vial en relación con el conductor de vehículo motorizado (alcohol, uso de aparatos de telecomunicación, velocidad, etc.).

• Desconocimiento del fenómeno: al no entender el problema, considerándolo un fenómeno multifactorial, que implica mala infraestructura y malos hábitos de todos los usuarios de las vías de comunicación. Proponen soluciones incorrectas, como puentes peatonales en lugar de cruces seguros a nivel.

• Infraestructura insegura: Todas las escuelas se encuentran en entornos inseguros, a saber: o Banquetas con la anchura mínima, pero obstruidas por servicios públicos: luminarias, medidores, etc. y por vegetación: árboles, arbustos y plantas, ocasionando que el estudiantado se baje de la banqueta o no sea visible para los vehículos. o Las luminarias no sirven o no iluminan lo suficiente, son causa de múltiples atropellos y colisiones. o Las escuelas comparten espacios con negocios e industrias, esto genera que haya mucho tráfico y cuantiosa presencia de vehículos de carga en las zonas escolares. o La cercanía a calles recolectoras (vías secundarias) y avenidas (vías primarias) permite que los vehículos mantengan su velocidad y no la reduzcan al entrar a una zona escolar. o No hay suficientes señalamientos de tránsito que indiquen a los usuarios el comportamiento adecuado.

• Infraestructura insegura: la deficiente infraestructura contribuye a aceptar la inseguridad vial como “normal”, ya que están acostumbrados a trasladarse bajo estas condiciones.

• Atribución equivocada de la responsabilidad de la seguridad vial: en la encuesta diagnóstica aplicada, 57 (5%) estudiantes de 997 reportan atropellos, y el 47% mencionan miedo a ser atropellados. Aunque estos números necesitan ser estudiados correctamente, las victimas se asumen responsables.

• Atribución equivocada de la responsabilidad de la seguridad vial: El 95% de la población adulta se percibe como modelo de compartimento para el estudiantado. La mitad de los escolares, aproximadamente, señalaron que lo que saben de seguridad vial lo han aprendido de su mamá o papá, un 25% señaló otras fuentes, y un 25% desconoce qué es seguridad vial. Por lo tanto, la educación y hábitos practicados por los adultos se vuelve fundamental para la educación de los menores.

• Hubo muy buena participación del personal directivo y docente, particularmente en el segundo mencionado, que facilitó la correcta implementación del programa.

• En Campana – Altamira hay un incentivo especial para el profesorado, un premio al final del ciclo escolar por su desempeño. Esta observación evidencia la importancia de estimular a las y los maestros para obtener mejores resultados.